Había una vez un jardín con miles de rosas, de diferentes colores, amarillas, anaranjadas, rojas... muchísimas rojas y de otros colores; pero sólo había una blanca y otra azul. Ambas eran mágicas; la rosa
blanca simbolizaba la transparencia, la pureza. Te enseñaba a llevar tu destino y te decía cuantas rosas rojas tenías que llevar a la persona amada. La rosa azul te mostraba tu interior y te decía que hacer para cambiar. Ambas rosas no se podían cortar, pues sino te convertías también en otra rosa y te quedabas en el jardín para siempre; sólo podias olerlas, tocarlas y decirles que te mostrarán tus defectos y virtudes, pero nunca cortarlas, pero, alguien cortó la azul en un arrebato de ira al mostrarle como era. La rosa azul resurgió, y aquella persona se tranformó en una rosa negra que poco a poco fue cambiando de color al darse cuenta de lo que
había hecho, y finalmente se convirtió en una rosa de color rojo.
No siempre nos dicen las cosas que deseamos oír...
Aprendamos a aceptar las criticas, para mejorar y evolucionar,
y no descarguemos nuestra ira a la mano amiga que nos brinda su ayuda.
6 comentarios:
Me encanta tu blog y todo el contenido que tienes en él. Feliz fin de semana. Un saludo.
Yo también quiero desearte lo mejor en este fin de semana. Que tus sueños se cumplan. Un abrazo
Muy interesante tu entrada o post. Saluditos.
Pero que bonito y que cierto lo que dices.Un besito.
Vengo a enviarte un saludo, para cuando entres, vea que me acuerdo de tí. Mil besos
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