20 octubre, 2006

HOY


Hay dos días que no nos debe preocupar, dos días que debemos tener libres de miedos y desconfianzas.
Uno es "ayer" con sus errores y aflicciones sus defectos y desatinos, sus dolores y sufrimientos. Ayer ya paso para siempre, ya está fuera de nuestro control.
Todo el dinero del mundo no puede traer el ayer, no podemos deshacer ninguna cosa que hicimos, ni podemos borrar ni una palabra que dijimos,
Ayer se fue.
El otro día que no nos debe de preocupar, es el "mañana" con sus adversidades imposibles, sus agobios, sus esperanzas llenas de promesas y pobre en desempeño, mañana está fuera de nuestro control.
El sol de mañana saldrá, con esplendor o detrás de una mascara de nubes, pero saldrá y hasta que esto no suceda no tenemos nada que ver con el mañana, porque el mañana
todavía no ha nacido.
Esto nos deja sólo un día "Hoy", cualquier persona puede pelear las batallas de un día, es únicamente cuando adherimos las angustias de ayer y de mañana, cuando nos quebramos.
No es la experiencia de hoy que lleva a la gente a la locura, es el remordimiento y la amargura de algo que paso ayer, y el temor de lo que mañana nos pueda traer.
Por eso vamos a vivir el hoy con toda intensidad.